(tango)
Viejo violanchelo, tanguero...
recluido en un rincón.
Cuantos amores hechiceros,
con tu aire embriagador.
Que destierro ocultas,
por no tener quien te ejecute,
Haces espantar todas tus arrogancias,
y tu ausencia sin razón...
Todas tus notas son sueños,
que un ángel te robó.
El silencio aturde tus noches,
con tu llanto sabedor…
Se pierde en tu canto melancólico,
la propia luna en un sanjón.
Tus bellas melodías en la noche,
parece que las pintara un corazón...
Violanchelo melodioso y tristón,
implicado en Vivaldi y Bach...
Bajaste a un barrio a guapear,
con tus sones malevos de cristal...
Tener la voz humana fue tu don,
bien sabés la puerta que hay que golpear,
Para ingresar a un alma abierta,
si es que te piden , bendición…
En tus genes escondido está,
las altas nieves de Europa,
Los azules lagos de Austria,
y ahora zapateando en el barro,
y ahora zapateando en el barro,
incitado en una oscura esquina,
con los rígidos ritmos de un tango...
Siempre estará ...siempre en Ti,
el que te supo con gozo abrazar...
Bien metido en tus misterios,
los duendes luminosos no se arrepentirán...
Podrán rugir de tus entrañas,
notas que al cielo regresarán...
Nada te habrá de perturbar,
cuando te tomen desde un atril.
Nuevamente emergerá de tu abismo,.
una cadencia muy llena de luz...
Y darás pelea sin nada,
por las amargas nostalgias del adoquín…
Daniel H Guasti
pisulinoal@yahoo.com.ar
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