(tango)
En un atardecer porteño,
el sol canta sus sueños...
Pintando en las calles matices,
en las copas de los árboles…
Quizás me estén anunciando,
que abril se termina…
Tus ojos claros me hechizan ,
en una vieja esquina…
Una esquina del barrio,
porque, de todas soy propietario…
Atardeceres dorados pintando los tejados,
en medio de un alambrado oxidao’…
Me parece ver al cielo cayendo,
por creerse en mis brazos…
Arco iris de vanas nostalgias…
,que se pierden en otros lados…
Siempre cuando yo regreso de un viaje,
siento que los árboles me saludan…
Extrañando mis obscenidades,
y algunas locas desventuras…
Presiento que regreso,
a un paraíso discreto...
Me esperan mis cariños,
.y un jardín que extraño…
Yo no tengo pretensiones,
en esta realidad vil...
Hoy todas mis ilusiones,
.son solo un matiz…
En mi destino ruin,
.lo pequeño se agiganta…
Quizás ver solo una planta
me pueda hacer feliz…
Daniel H. Guasti
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