CARTA ABIERTA DE UN JÓVEN A
OTRO JÓVEN, AMBOS
ENFRENTADOS, POR CONFLICTOS RELIGIOSOS,
TERRITORIALES Ó ÉTNICOS.
Hermano mío, hoy tuve un pensamiento que me
persiguió durante todo el día de manera obsesiva, y es mi voluntad
expresártelo, algo me inclinó a no perder esta oportunidad.
Hermano, no puedo ver tu cara, pero en
este momento, desearía, que mi alma esté conectada con la tuya…
Siento que las palabras no alcanzan, ó
no son suficientes para expresarte lo que pretendo, tengo fe que sabrás
interpretar el mensaje:
Oh! Hermano, por el hecho ambos de ser
jóvenes, tenemos tantos sentimientos en común; nos gusta divertirnos sanamente,
disfrutar de la amistad de nuestros amigos, el deporte, el baile, la música,
explorar la naturaleza, el desierto, las montañas, el mar. Dios creó esto para
que lo vivamos con alegría, celebrando nuestra juventud.
Nuestros mayores aunque los amemos, no
han podido encontrar el sendero de la
Paz definitiva, fueron infortunados en dicha búsqueda. Nos
corresponde a nosotros, ahora más que nunca, sumar nuestras más fervientes
energías para tomar la vanguardia en ese esfuerzo, es nuestra
obligación divina decir basta, no nos equivoquemos más, terminemos de una vez
con esa tendencia maldita, que en ocasiones, nos impulsa a la violencia.
Somos jóvenes y nada debe impedir que
soñemos con la Luna ,
despertemos con el Sol y nos extasiemos con el atardecer.
Nuestros corazones están vacíos por
tanta frustración y desdicha, pero tienen la misma avidez de fraternidad y
cordura, para terminar con semejantes hechos dolorosos, resolvamos la
diferencia que tenemos con la sabiduría del corazón, que es más poderosa que
cien mil cañones.
Por favor, dejemos que donde exista
odio, se disipe, como el humo en el aire, que cada vez sea menos denso hasta
que desaparezca por completo, si esto no se puede lograr, seamos pacientes para
que el tiempo, como el viento, se encargue de barrerlo.
Hermano, no te pido que renuncies a tus
legítimos derechos ó ideales, solo te imploro que no lastimes más mi cuerpo
ni mi alma, y te dispongas a un diálogo permanente, abierto y fecundo.
Lo que yo reclamo, invade todo en este
mundo, fuimos ciegos para no verlo, entonces hermano, te invito a buscar la
luz, se transparente para descubrirla dentro de ti.
Te extiendo la mano, para que juntos
emprendamos el camino de la Paz ,
atravesando todos los obstáculos , los que no nos permitan caminar en una sola
dirección, la misma que desea nuestro "Padre", que es uno sólo.
Hermano, hoy antes de apagar la luz de
mi lámpara, en este día, rezaré por ti, espero que tu hagas lo mismo.
Te abrazo, te protejo ...y no preguntes
quien escribió esta carta...
Pues , no lo sé.
Pues , no lo sé.
Te saludo con deseos de Paz y amistad.
“Démosle
una oportunidad a la Paz ”
"John Lennon".
A la memoria
del Profesor "Carlos Neira"...
"Vanguardia Teosófica"...
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